sábado, 21 de mayo de 2011

LA AUTONOMIA DEL HIJO




Deja que sea él mismo




Cuando en los niños despierta el deseo de sentirse libres y autónomos, el papel de los padres debe ser el de apoyarles, facilitándoles herramientas que les ayuden a ser cada día un poquito más independientes. Porque, conforme vayan logrando pequeños objetivos, se sentirán más seguros y con ganas de descubrirse a ellos mismos.




La autonomía, ese pequeño gran paso.




Si buscamos la palabra autonomía en el diccionario, aparece como `la capacidad para darse normas a uno mismo sin esperar que vengan de los demás´. Pero, cuando hablamos de niños, debemos entenderla como el conjunto de capacidades que les permiten prepararse para la vida y encontrar recursos para vencer el día a día sin ayuda de los demás. Por eso, para ellos es muy importante el poder ir dando pasos que les permitan separarse cada día un poquito más de sus padres.




El papel de los padres.




La búsqueda de la autonomía es un proceso que comienza desde el nacimiento, aunque, según psicólogos infantiles, es a partir de los 2 años cuando los niños empiezan a ser conscientes de su necesidad de libertad. En ese momento, los padres juegan un papel muy importante ya que no sólo hay que apoyarles, sino que además es preciso facilitarles las herramientas para que puedan sentirse más libres y seguros.




Cuidados sin sobreprotección.




Muchos padres, preocupados por el bienestar de sus hijos, confunden los cuidados necesarios con la sobreprotección. Esta sobreprotección, además de ser un gran obstáculo para el niño en la búsqueda de autonomía, se irá manifestando en forma de inseguridad a lo largo de su vida. Por eso, es esencial que los padres cubran sus necesidades físicas y emocionales, pero proporcionándoles también el espacio para que se encuentren a ellos mismos.




Algunos consejos útiles.




-No pongas obstáculos a su curiosidad y ganas de aprender.

-Ofrécele oportunidades para que pueda tomar decisiones.

-Acepta cuando haya tomado una decisión.

-Evita las comparaciones entre hermanos.

-Potencia que se guste a sí mismo, con frases como `te queremos como eres´.

-Incúlcale hábitos de higiene.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Ayuda a tu hijo a que supere los terrores nocturnos y las pesadillas


Nuestra mente no para aunque estemos durmiendo. Durante el sueño, continuamos organizando informaciones, asimilando imágenes, recuerdos y pensamientos, en nuestra memoria. En el sueño no hay límites de conciencia. Tanto podemos encontrar la solución a algún problema o una vía de escape a una situación difícil. En el caso de los niños esos problemas pueden estar relacionados, en su mayoría, con los hábitos irregulares de dormir o con la ansiedad de irse a la cama y quedarse dormidos. En su primera etapa de desarrollo infantil, la hora de acostarse representa la hora de la separación. Y es cuando aparecen los problemas durante el sueño infantil.
Pesadillas de los bebés y niños
Por lo general, las pesadillas empiezan a los dos años aunque sean mas comunes en niños de tres a seis años de edad. No se sabe la causa, pero dicen que están relacionadas con el estrés y la ansiedad de los niños.Las pesadillas ocurren durante el sueño ligero. Y su frecuencia es muy relativa. Hay niños que las tienen muy seguidas, otros menos, y otros no llegan a tenerlas. En la mayoría de los casos los padres no se deben preocupar por eso. Lo importante es saber que es lo que debe hacer en el caso de que su hijo la tenga. Aquí tenemos algunas sugerencias:
Prevención: Los padres deben estar atentos a lo que miran sus hijos en la tele, especialmente antes de la hora de irse a dormir.
Estar preparados: Como las pesadillas no se pueden evitar y no avisan cuando vienen, los padres deben estar seguros de oír a sus hijos por si lloran durante la noche. Y acudir enseguida.
Atender a los niños: Los padres deben atender a sus hijos lo mas pronto posible. Los niños necesitan de ayuda y de consuelo.
Tranquilizar al niño: Los niños deben sentirse protegidos. Háblales con voz calmada y confortante y que sepan que te quedarás con él si así lo desea, pero que está bien que vuelvan a dormirse.
Quedarse con el niño: Se debe quedar con él hasta que se haya calmado y vuelvan a dormir.
Mantener la calma: Aunque sea desconcertante para los padres el ser despertados súbitamente por gritos y el llanto de sus hijos, hay que mantener la calma. Los niños notarán si los padres se encuentran nerviosos. Y no les servirá de nada. Solo los padres calmados podrán ayudar a sus hijos.
Charlar acerca de la pesadilla: Si los niños desean podréis charlar con ellos acerca de sus pesadillas. Los padres deben ayudar a sus hijos para que piensen y discutan formas de sobreponerse a las cosas que en el sueño los asustaron. Deben ayudarlos a que inventen un final feliz para el sueño.
Lo que NO se debe hacer
-No los despierte. Si los niños lloran pero todavía están dormidos no es necesario despertarlos. Debes quedarse con sus hijos hasta que despierten o se vuelvan a dormir en paz
- No los lleva a su cama. Y tampoco se suba a la cama de ellos. Esto puede dar a los niños la impresión de que deben temer a sus propias camas y darles malos hábitos.
- No les diga que las pesadillas no son reales. Tampoco decirles que fue “solo un sueño”. Lo que si pueden hacer los padres es explicarles lo que es un sueño y que todos lo tenemos.

Terrores nocturnos
Los terrores nocturnos afectan a un 3% de los niños, principalmente entre los 4 y 12 años, se resuelven espontáneamente en adolescencia. Suelen aparecer a primeras horas de la noche. El niño está agitado, llora, grita, suda y se percibe que está angustiado. En los terrores nocturnos, muy frecuentemente, el niño no recordará nada de lo que le ha causado ese malestar, por tanto no se les debe interrogar esperando que nos cuenten lo sucedido. Si insistimos no generaremos más que confusión. Hay que diferenciarlo de las pesadillas, que se producen más frecuentemente al final de la noche, y donde el niño puede contarnos lo que ha vivido en el sueño (ensueño).. Los terrores nocturnos pueden ser desencadenados por fiebre, falta de sueño y medicamentos que actúen a nivel del sistema nervioso central

Niño sonámbulo
El niño sonámbulo se levanta de su cama y permaneciendo dormido hace actividades que pueden ser habituales. La edad más frecuente de aparición es entre los 4 y 8 años y se resuelve espontáneamente en la adolescencia.. La fiebre, la falta de sueño y algunos medicamentos actúan como factores causantes. Se debe consultar para establecer estrategias que eviten riesgos en estos niños.
Niños que hablan dormiendo
La somniloquia se trata de la emisión de palabras durante el sueño. No constituye ningún problema y no requiere tratamiento.


domingo, 16 de enero de 2011

El niño tirano


A mí me encanta pensar que cuando sea abuela, todo será más fácil, ya que podré amar y disfrutar de mis nietos, sin la carga de ser yo la responsable de su educación (aunque algún consejillo o recomendación salga de mi boca). Como padres tenemos un papel importantísimo que cumplir, nadie nos puede suplir en ello y los niños no pueden ni saben educarse solos.
Es lamentable llegar a una situación en la que nuestro hijo puede pasar de ser aquel principito encantador que reina en nuestros corazones, al niño maleducado, que gobierna nuestra vida con tiranía, que nos maltrata verbalmente, que nos deja en evidencia, que nos chantajea emocionalmente y que cada vez se aleja más de nosotros porque no ejercemos ninguna autoridad sobre él, y tampoco despertamos sus afectos porque no nos tienen ningún respeto.


El niño tirano es aquel que se muestra caprichoso, que tiene una baja tolerancia a la frustración, que amedrenta a sus padres mediante pataletas en público y amenazas cuando no consigue lo que desea (sea o no conveniente para él), sus demandas son constantes, su desobediencia absoluta, y no para de retarnos para saber hasta dónde estamos dispuestos a ceder. Desde luego, lo mejor es atajar cuanto antes esta indeseable conducta y, en ningún caso dejarnos llevar por una permisividad excesiva con nuestros hijos.

Está claro que para ofrecer una buena educación a nuestros hijos, alguien tiene que capitanear el barco de nuestra familia y este alguien somos los padres. No debemos confundir autoridad con autoritarismo. Ejercer sabiamente la autoridad con nuestro hijo es fundamental, ya que la autoridad no es algo irreflexivo, ni impulsivo, ni de poder desmedido, no se trata del padre en un pedestal de omnipotencia, ni el ejercicio de un poder desmedido o de represión hacia nuestros hijos, la autoridad supone para los padres una tarea ardua y penosa, es madurez y responsabilidad (sin descanso ni fines de semana de vacaciones), para hacer de nuestro hijo un individuo lo mejor posible, sin abandonar por ello, nuestros afectos, cercanía y confianza con él. El ejercicio de la autoridad natural del padre hacia los hijos no está reñido con el amor y el cariño, con la comunicación con ellos y con nuestro disfrute de la paternidad.

Mi suegra me dijo en una ocasión: "yo nunca me he considerado amiga de mis hijos, siempre he sido su madre". Con ello, no quería decirme que nos les haya demostrado su amor, si no que precisamente porque amaba a sus hijos, ha ejercido su papel de educadora y no el de "un igual" o amigo. Parece claro que sin unos límites claros y unas normas que cumplir la sociedad iría de cabeza y los pequeños tiranos saldrían de debajo de las baldosas.

Patro Gabaldón. Redactora de GuiaInfantil.com

martes, 28 de diciembre de 2010

¡ Los Reyes Mayos son de verdad !


Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escucharle como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:
- ¿Papa?
- Sí, hija, cuéntame
- Oye, quiero… que me digas la verdad
- Claro, hija. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido
- Es que… -titubeó Blanca

- Dime, hija, dime.
- Papá, ¿existen los Reyes Magos?

El padre de Blanca se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.
- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?

La nueva pregunta de Blanca le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:
- ¿Y tú qué crees, hija?

- Yo no se, papá: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso.
- Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero…
- ¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-. ¡Me habéis engañado!
- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen -respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Blanca .
- Entonces no lo entiendo. papá.
- Siéntate, Blanquita, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla -dijo el padre, mientras señalaba con la mano el asiento a su lado.

Blanca se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:

- Cuando el Niño Jesus nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:
- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
- ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.
Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:
- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:
- Sois muy buenos, queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme:
¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?
- ¡Oh, Señor! -dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas.

Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero. no podemos tener tantos pajes., no existen tantos.
- No os preocupéis por eso -dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes Magos con cara de sorpresa y admiración.
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños? -preguntó Dios.
- Sí, claro, eso es fundamental – asistieron los tres Reyes.
- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:
- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.

Cuando el padre de Blanca hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:
- Ahora sí que lo entiendo todo papá.. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.

Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano mientras decía:
- No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero.

Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.

viernes, 29 de octubre de 2010

COMO POTENCIAR LA AUTOESTIMA DEL NIÑO


El afecto, el cariño y la aceptación expresados entre padres e hijos pueden ser considerados una guía de la autoestima, y tienen gran influencia en la forma en que el niño se relaciona con los demás, pues los padres actúan como un espejo donde el pequeño puede “ver” la manera en que es percibido por los otros.


La autoestima es la forma en que las personas se sienten con respecto a sí mismas y cómo se valoran, con determinados aspectos buenos y otros mejorables, y la sensación gratificante de quererse y aceptarse como son por ellos mismos.
Es importante tener en cuenta que durante la infancia los niños son más vulnerables y flexibles, que la autoestima se aprende, cambia y se puede mejorar a través de la estimulación desde el nacimiento. Además, es fundamental la manera en que el pequeño se valora a sí mismo para el desarrollo de la autonomía y los aprendizajes del niño. Todo lo que se consigue en el periodo de la infancia puede marcar su conducta y su postura hacia la vida, en la edad adulta.


Una buena autoestima tiene efectos positivos como la confianza, la autonomía, el ánimo, el interés y el placer de aprender y de realizar sus sueños; por el contrario, un niño que no siente amado y valorado por sus padres, puede desarrollar el miedo de ser abandonado, inseguridad y dependencia hacia sus padres.


¿Cómo ayudar a construir una buena autoestima?

Se le puede motivar al niño para que colaborare en algunas actividades específicas, asignarle algunas responsabilidades de acuerdo a su edad y capacidades, que impliquen su participación e interacción con los demás, y así sentirse útil y capaz de hacer cosas que se valoran en casa; un ejemplo puede ser alcanzarle a mamá un objeto que está cerca del niño, tirar la basura, ayudar a tender la cama; después de hacerlo, siempre reconocer sus logros y agradecer su ayuda.


Es importante también darle la oportunidad al pequeño de que tome decisiones y resuelva algún problema para que aprenda de sus errores de una forma positiva, lo podemos motivar diciéndole “¡sé que puedes lograrlo!”.


También se le puede reforzar positivamente sus conductas, por ejemplo, cuando el niño recoja sus juguetes decirle con cariño y gusto “lo has hecho muy bien” o “gracias”.


Asimismo, se sugieren algunas frases positivas que harán sentir al niño satisfacción, amor, amistad, ganas de mejorar, confianza y que es capaz de hacer las cosas bien; frases como “has sido capaz de hacerlo”, “muy bien, sé que lo harás”, “me siento muy orgulloso de ti ”, “creo lo que me dices, sé que lo harás”, “te mereces lo mejor”, “si necesitas algo, pídemelo”, “te felicito por lo que has hecho”, “te quiero mucho”, “qué bonita sorpresa me has dado”, “sé que eres bueno”, “sabes que quiero lo mejor para ti”, etc.


Lo importante es que el niño se sienta querido y aceptado, pero cuidando con exagerar; la autoestima debe ser positiva, y no más allá de lo real; tan negativo puede ser no demostrarle aceptación y amor, como sobrevalorar sus logros. Por ejemplo, si una niña hace cualquier dibujo en casa, o pinta un libro, y exageramos diciendo “es el trabajo más hermoso”, puede ocasionar que, si la niña sabe que no fue su mejor trabajo, considere que mamá o papá no son sinceros, poniendo en riesgo su credibilidad, o desanimarla para que intente mejorar sus esfuerzos.


Otro aspecto importante es poner límites claros al niño, enseñándole a prever las consecuencias de su conducta, por ejemplo, diciéndole "si no recoges tus juguetes, no podrás usarlos después" y dejar de lado los insultos que no favorecen la autoestima del niño. En lugar de decirle "eres un desordenado, tienes tu recámara como un basurero", es mejor decir "no me gusta ver tu cuarto tan desordenado, me pone muy triste". Así se demostrará que lo que disgusta es el desorden del cuarto, no el niño.


Además, es recomendable no comparar al pequeño con otros niños, incluyendo a sus hermanos; tomar en serio sus deseos, temores, logros, animarle a emprender actividades, demostrarle apoyo y confianza, alabarlo cuando las cosas le salgan bien y también cuando haya intentado hacer las cosas aunque no le resulten.


Cada niño es único y tiene características particulares; si se quiere construir o mejorar la autoestima del niño, se debe considerar su temperamento, sus habilidades, debilidades, mecanismos de defensa, deseos y su nivel de conocimientos; pero más que nada, su necesidad y derecho de ser aceptado y amado; esta necesidad es como el tanque de la gasolina de un auto, que de manera constante debe ser vuelto a llenar; un niño para crecer sano, necesita recibir, también de manera constante, abrazos, besos, palabras cariñosas, de ánimo y aceptación.

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sábado, 2 de octubre de 2010

Propuestas y preparativos para la fiesta de cumpleaños de los niños


¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos todos, cumpleaños feliz! Probablemente sea esa la canción que más oímos y cantamos en nuestras vidas. La oímos cuando éramos bebés y luego la aprendimos y cantamos en nuestros cumpleaños y en los de nuestros familiares y amigos. Sin duda, es la canción más popular, la más conocida y cantada. Proviene del inglés Happy Birthday, y con el tiempo se ha traducido a una multitud de idiomas por todo el mundo.


Otras tradiciones de fiestas de cumpleaños
Además del Cumpleaños feliz, en España, bien como en otros países de lengua hispana, también se suele cantar feliz, feliz en tu día, amiguito que Dios te bendita, que tengas paz en tu día, y que cumplas muchos más y como en otros países latinoamericanos, también es costumbre tirar de las orejas del dichoso, una vez por cada año que cumple. En Estados Unidos, se dan golpecitos en las nalgas como años tenga el que cumpla años. En México también se canta Las mañanitas, su canción más popular.

Aparte de las tradicionales canciones, existen supersticiones que dictan que si el que cumple consigue apagar todas las velas en un solo soplo, que su deseo se hace realidad.


Propósitos del cumpleaños
Para los niños la celebración de su cumpleaños representa no solo el encuentro y la reunión de sus amigos, primos, como también la confirmación de que él ha crecido y que ahora es algo mayor. El cumpleaños les interesa de una forma muy especial porque estimula su curiosidad, sus deseos de aprender, sus ganas de vivir un momento distinto y divertido. El cumpleaños es algo que tiene vida y una gran carga afectiva. Por lo tanto, debe ser vivido con motivación y alegría. El cantar, la tarta, los aplausos, los regalos, las velas, los globos son ingredientes que les gusta a todos los niños. Les llenan los ojitos, el alma, y el corazón. Les llenan de alegría, de ilusión y fantasía. Y si a eso, añadimos juegos y bailes, mejor que mejor. Dentro de tus posibilidades, haz del cumpleaños de tu hijo una fiesta que le haga sonreír y vivir un momento único. Él te lo agradecerá cuando sea mayor de verdad.


La fiesta de cumpleaños es un momento muy especial para el niño
La celebración del cumpleaños de un niño le beneficia en todos los sentidos. Le enseña a compartir, a participar y colaborar de las actividades de la fiesta, a disfrutar de la compañía de otros niños, a vivenciar relaciones y situaciones, a aceptar con más facilidad las normas establecidas, y a valorarse a sí mismo y a los demás. Será muy bueno para aumentar su autoestima, a desarrollar su pensamiento creativo, y a ampliar sus relaciones sociales. Es provechoso y altamente rico celebrar su cumple como acudir al cumple de los demás.


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jueves, 2 de septiembre de 2010

¿Cómo ayudar a los niños a afrontar los primeros días de guardería?





Una imagen común, que se repite año tras año al inicio del curso escolar, es la de algunos niños llorando desconsolados frente a las puertas de la guardería cuando se despiden de sus padres por primera vez.
Si tu hijo es menor de un año posiblemente no perciba tu ausencia. Sin embargo, si el niño es un poco mayor puede sentirse inseguro y tener miedo en el momento de la despedida.
La adaptación a la guardería debe ser ante todo un proceso gradual. Al principio, para facilitar este proceso, los padres podemos llevar a los niños a la guardería poco tiempo (unas horas los primeros días) e ir alargando este tiempo progresivamente hasta que los niños se vayan acostumbrando.

Días antes de que el niño empiece la guardería
Un recurso útil antes de que empiece la guardería es hablar con el niño sobre lo que va a hacer en la guardería y enfocar el tema de forma positiva. Por ejemplo podemos contarle que va a conocer a otros niños, que podrá jugar con ellos, que aprenderá muchas cosas...
Este es un paso importante para conseguir normalizar el proceso y quitarle dramatismo a la situación.
Otro recurso útil es darle algún juguete que le aporte seguridad y que le permita establecer un vínculo de apego con su casa y su familia mientras esté fuera.
El momento de la despedida del niño en la guardería
El momento de la despedida suele ser el más difícil, tanto para las madres como para los niños, por lo que te recomendamos que le trasmitas seguridad con frases como “vas a pasarlo muy bien” o “jugarás como lo hacemos en casa pero será aún más divertido”...
También puedes abrazarle para que sienta tu apoyo, pero no alargues demasiado este momento, ya que puede generar más preocupación en el niño. Recuerda que si te ve triste se dará cuenta y dará pie a que él también lo esté. Es importante que te vea tranquila y segura.
Cuando recogemos al niño en la guardería
Cuando llega el momento de recoger al niño es importante mostrarle toda tu atención, que te cuente con detalle lo que ha hecho, quiénes son sus compañeros, a qué ha jugado... En este sentido es positivo que tu hijo entienda que ir a la guardería no es tan diferente de lo que hace en casa y que igual que sus padres tiene que ir a trabajar, él también tiene sus obligaciones. Por último, dedícale mucho tiempo los primeros días y prepara por la tarde la vuelta al día siguiente para que cada mañana no se convierta en un disgusto, anticípale que mañana haréis lo mismo, preparad la ropa que se pondrá, las cosas que llevará, etc.